CRUCERO GRAND VOYAGER – IBEROJET 13/2/05

CRUCERO GRAND VOYAGER – IBEROJET 13/2/05


      Llegamos a Túnez un poco antes de la hora prevista, Sergio y yo
decidimos quedarnos en el barco tomando el sol y mientras estábamos en
cubierta oímos como había simulacros de emergencia para la tripulación, lo
cual nos extrañó, a las 15 horas salimos rumbo a Barcelona, después de
haber visto en el telediario que en Barcelona había un viento de 120 Km/h.

CRUCERO GRAND VOYAGER - IBEROJET

Crucero que pudo acabar en tragedia




      Sergio me comentó que salir de Túnez no era lo más adecuado, si esto
se sabía viendo el telediario, que datos no tendría el capitán con los
sistemas de navegación de abordo y los partes metereológicos. A las 16 h.
el capitán anunció por megafonía que el tiempo era malo y que reduciría la
velocidad, por lo que llegaríamos más tarde, cosa que no hizo, ya que a las
ocho de la noche la velocidad seguía siendo la misma, por lo que el barco
en esos momentos ya se movía muchísimo, de modo que la cena ya fue un
desastre.

Bajamos a cenar a las 20:30 h, hora en que también estaba el
capitán cenando, hasta que al poco de llegar le sonó el busca, y tuvo que
salir corriendo, poco tiempo después, yo le dije a Sergio que me acompañara
al camarote ya que me encontraba muy mal, subimos y al coger el ascensor
este hizo un ruido muy raro como si se fuera a descolgar, por lo que
decidimos subir andando.

CRUCERO GRAND VOYAGER – IBEROJET

      Sergio volvió a bajar a cenar, pero a los quince minutos ya estaba
arriba de nuevo ya que me dijo que por supuesto no había nadie y que
incluso el vino se había caído y parte de la cubertería estaba por los
suelos, cuando Sergio subió, la velocidad todavía seguía siendo 25 nudos.


      Ya en el camarote todo se movía, incluso un jarrón con flores se cayó
y se rompió, las maletas había que dejarlas fuera antes de las tres, pero
hacerlas resultaba bastante difícil, por lo que como pudimos fuimos
metiendo la ropa dentro y antes de las tres las dejamos fuera, hubo muchas
cosas como zapatos, neceser y objetos personales que no nos fue posible
recoger.

Como a las cinco de la mañana el movimiento del barco ya era
insoportable, la nevera del camarote salió disparada hacia la puerta de
cristal de la terraza de nuestra suite, y poco tiempo después la televisión
hizo lo mismo, parecía que intentaban reventar el cristal, llamamos a
recepción para que alguien fijase la televisión, ya que el frigorífico lo
habíamos bloqueado con la mesa del salón. Nadie vino a fijarlo.

Seguimos
llamando a recepción sin obtener respuesta alguna hasta que a los veinte
minutos conseguimos contactar. En estos veinte minutos intentábamos con los
pies en las paredes que la cama no se acercase hacia el balcón. Vimos en el
canal de Navegación, que hasta el momento era nuestra única vía de
información que estábamos cerca de Mahón y por fin observamos que el
capitán había disminuido la velocidad a unos 16 nudos.

Llamamos desesperadamente a recepción para pedir a alguien que el capitán dada la
situación se dirigiera al puerto de Mahón, poco después el capitán anunció
por megafonía que se bajaba la velocidad (volvió a bajar a unos 12 nudos),
indicando que era la velocidad de seguridad, porque el tiempo era muy malo
y que no se saliera del camarote.

El crucero mas rápido del Mundo




      Llegó un momento en que el movimiento era horroroso y ya no podíamos
impedir que las camas golpeasen el cristal. En ese momento Sergio ya era
totalmente consciente del peligro que corríamos, por lo que me dijo que me
pusiera la medalla de alérgica a la Penicilina, miró a través del cristal y
vio en el agua cinco salvavidas por lo que volvió a llamar a recepción para
ver que pasaba y le dijeron que no pasaba nada, que se habrían caído,
también se asomó al pasillo por si acaso la megafonía se había estropeado y
no nos habíamos enterado de algún aviso.


      Como ya sabíamos que aquello no iba bien Sergio fue al armario de los
salvavidas para sacarlos y ponérnoslo, al intentar abrirlo, un cajón había
bloqueado la puerta, algo totalmente inconcebible en una situación de
emergencia y tuvo que dar unas treinta patadas a la misma para poder
acceder a los salvavidas.

https://fb.watch/9XtoGiYL3n/

Salimos para ver si alguien nos podía decir algo
y no había nadie, de repente oímos tres pitidos y nada más, señal además
que nadie antes nos había dicho lo que significaba, por lo que salimos al
pasillo y ya vimos que la gente corría hacia las escaleras, intentamos
ayudar a una pareja que se le estaba cerrando una de las puertas del
pasillo, haciendo así compartimentos estancos en los pasillos del barco y
cuando salieron nos dirigimos hacía la zona de los botes salvavidas y nos
sentamos todos en las escaleras más próximas a los mismos.

Preguntamos a la
tripulación que que pasaba, que que es lo que había que hacer y nadie sabía
nada, por sus caras vimos que no tenían experiencia alguna, excepto una
parte de la tripulación, que se portó inmejorablemente, más tarde nos
enteramos de que para muchos de ellos (más o menos el 80%) era su primer
trabajo en un crucero y estaban tan asustados como nosotros.


      En esos momentos estábamos convencidos de que tendríamos que saltar a
las barcas, por lo que Sergio me dijo que sólo había una oportunidad, que
tenía que estar muy ágil por que si no me moría. No habría una segunda
oportunidad para saltar.


      Poco después nos dijeron que dependiendo de la letra que lleváramos
en el salvavidas unos debíamos dirigirnos a las sala de fiestas y otros al
restaurante (proa y popa), indicándonos que no había espacio suficiente en
la zona de las escaleras y sabíamos que donde nos mandaban no había botes,
pero nadie nos decía exactamente que es lo que pasaba.


      En estas dos salas como en todo el barco, ningún mueble estaba
anclado por lo que las mesas y sillas y demás mobiliario como un piano de
cola, que casi mata a varias personas, volaban constantemente. Al llegar a
la sala Alexander nos dijeron que teníamos que pasar al fondo de la misma,
pero nos negamos, ya que era mucho más peligroso y nos quedamos en la
entrada, que al menos no había muebles que pudiesen aplastarnos.


Nos pasamos por lo menos cinco horas y media con el barco a la deriva,
escorándose cada vez más, intentado no caernos, sujetándonos a las
barandillas que se mantenían fijas, ya que la mayoría de ellas, debido al
peso de tanta gente, poco a poco se iban arrancando y cada vez quedaban
menos sitios donde agarrarse, por lo que tuvimos que ayudarnos los unos con
los otros, apoyando los pies contra los pies de las personas que teníamos
en frente, intentando que pasaran las horas de la mejor manera posible.


      Los menos afortunados que acataron las órdenes de la tripulación y
pasaron al fondo del salón, rodaban por el suelo entre el mobiliario,
quemándose la piel con la moqueta o estampándose contra las cristaleras de
babor y estribor de la sala de espectáculos, y al escorarse hacia el otro
lado, la gente volaba literalmente, fracturándose piernas, brazos,
tobillos, etc.… Durante horas interminables estuvieron sonando pitidos de
emergencia alertando de que venían olas más fuertes.


      Las dos únicas informaciones que tuvimos durante cuarenta y ocho
horas, fueron primero que nos dirigíamos al puerto de Mallorca, llegando a
las ocho de la tarde del 14 de Febrero, que ya se había puesto en marcha el
gabinete de crisis, que se había avisado a nuestras familias con todo lo
que esto conllevaba, porque yo por ejemplo, prefería que en mi casa no se
enterasen de nada, (ya que mi padre seguía en el hospital, mejorándose de
una dolencia cardiaca), y que había helicópteros de salvamento, y la
segunda noticia fue que no nos podíamos dirigir a Mallorca porque el puerto
estaba cerrado y que lo óptimo para la navegación sería dirigirnos al
puerto de Cerdeña,

https://fb.watch/9XtES8ez1o/

(nosotros deducimos que recibir las olas por popa sería
mejor que ir en contra de ellas), que llegaríamos sobre las cuatro de la
mañana, del 15 de Febrero, a partir de este momento no se recibió ninguna
información más, serían más o menos las diez de la mañana del 14/2/05.
Después de esto estuvimos casi veinticuatro horas sin ninguna noticia.


      Al poco tiempo de recibir esta información, se nos dijo que podíamos
volver a los camarotes pero eso era imposible y muy peligroso, ya que el
barco continuaba a la deriva y no se podía estar allí con todos los muebles
volando. La gente que hizo caso a la orden volvían a los diez minutos
indignados, ya que alguno de ellos había corrido un gran peligro dentro del
mismo.


      Nos pasamos muchas horas en las que el barco se movía
impresionantemente de un lado para otro, intentado sujetarnos los unos con
los otros, hasta que de repente comenzó a oler a quemado, por lo que Sergio
y yo salimos en busca de alguien competente, para poder informar,
informamos de esto y ya nos quedamos al lado de la tripulación, en uno de
los pasillos, al ser pequeño era mucho más cómodo, aunque el barco
continuaba moviéndose y durante todas las horas restantes estuvimos con los
pies puestos en la pared haciendo fuerza constantemente para no caernos.

Una ola de 11 Metros rompió un cristal del puente de mando




      Mientras las horas pasaban muy lentamente, permanecimos allí
intentando averiguar constantemente cualquier información, siendo
conscientes, en todo momento de lo que pasaba, ya que nos dimos cuenta de
que a el barco le había entrado agua, (Sergio vio una mancha de agua que en
quince minutos se había convertido en el doble de grande), había habido
fuego, e incluso en un momento determinado la tripulación estaba
desesperada, como si ya no hubiera ninguna solución, alguno de ellos se
acordaba de su mujer y sus hijos, mientras que otra tripulante se lamentaba porque quería tener hijos, o otros rezaban el rosario.


Se incendio el puente de mando



CRUCERO GRAND VOYAGER – IBEROJET

      En estas interminables horas también observamos como ingenieros iban
y venían hacia el puente de mando, con los monos llenos de grasa y
marineros ataviados con equipos de agua, chorreando por los pasillos. La
tripulación hablaba constantemente en inglés para que no nos enterásemos de
lo que ocurría, pero Sergio domina este idioma, por lo que siempre
estuvimos informados de la situación real, como por ejemplo, que si había
otra situación de emergencia como la de las nueve de la mañana del día 14
el casco no resistiría, también nos enteramos de que la ventana del puente
de mando se rompió y se incendiaron los sistemas de navegación quedando
anulados, vimos pasar un marinero con una gran brújula de burbuja en la
mano, por lo que nos dimos cuenta y entendimos que no llevábamos sistemas
de navegación con el peligro que esto suponía.


      Supimos también que no teníamos comunicación con el exterior, que las
turbinas se pararon, que lograron reactivarlas e intuimos que el barco se
gobernaba manualmente desde la sala de máquinas, una de las veces
escuchamos que no había nadie en cabina, más tarde entendimos que era
posible dirigir el barco desde cualquier lugar con walki talkies dando
ordenes a la sala de máquinas.


      Otro de los momentos de más tensión fue al oír hablar de que se iba a
atravesar el Golfo de León y de que era una zona de gran oleaje, cuando era
la una de la mañana, momento en el que hubiera sido muy difícil ayudarnos
en situación de emergencia, ya que era noche cerrada, ¿no hubiese sido
mucho más prudente pasarlo por la mañana reduciendo la velocidad de
crucero?. Por suerte pasamos el Golfo sin tanto oleaje como el que se
preveía.


      El barco no dejó de moverse hasta que a las cinco y media de la
mañana del 15/2/05 divisamos Cerdeña. No nos movimos hasta por lo menos
hora y media después, por si acaso, (ya no nos fiábamos de nadie), una vez
que tuvimos la seguridad de que estábamos a salvo, subimos al camarote para
ver si podíamos recuperar algunas de nuestras pertenencias, pero el
camarote era un desastre, y era imposible rescatar nada ni estar allí, por
lo que cogimos lo que pudimos y nos marchamos para ver cuando podíamos
salir del barco.


      Entre tanto preguntamos a varios componentes de la tripulación su
opinión de la actitud del capitán y todos desviaban la mirada, esquivando
la pregunta, incluso en un momento determinado escuchamos una conversación
entre ellos en la que decían que era un «crazy man».

Algunos de ellos con
que pudimos hablar a solas, de persona a persona, desaprobaban las
decisiones del capitán. Podemos pensar que en algún momento la compañía
pudo presionar al capitán para que saliera de Túnez ya que el Lunes 14 por
la tarde tenía que embarcar otro pasaje, aún así entendemos que la última
palabra y responsabilidad final es del capitán, aunque la inesperada rotura
del cristal del puente de mando no entraba en las previsiones de nadie.


      Como hemos dicho antes la tripulación se portó muy bien, se sacaron
dulces de las tiendas, frutas y agua que fueron repartiendo, ya que fueron
cuarenta y ocho horas sin comer, beber y dormir, pero no se nos mantuvo
informados en ningún momento, con la incertidumbre que esto supone.


      Otra de las cosas que nos sorprendió fue que al llegar a la bahía de
Cerdeña, toda la tripulación se cambió poniéndose los uniformes limpios y
los mecánicos los monos de un blanco impoluto. Además de entre todos
recoger todo el desastre que se había formado, ya que todo el barco estaba
lleno de cáscaras de frutas y demás desperdicios, incluso se puso en orden
el mobiliario que no estaba destrozado y agrupando el que había sufrido
mayores desperfectos. CRUCERO GRAND VOYAGER – IBEROJET


      Cuando ya estábamos a salvo nos comunicaron que el capitán se dirigía
a la sala Alexander, donde habíamos pasado los peores momentos, a dar una
explicación, por lo que indicamos que no era ni el momento ni el lugar
apropiado, y así fue ya que el capitán al ser abucheado e insultado, tuvo
que salir huyendo para evitar que los pasajeros se ensañasen con él. Pero
debido a una conversación con uno de los tripulantes entendimos que ellos
querían que el capitán por fin diera la cara. CRUCERO GRAND VOYAGER – IBEROJET

Ahora lo han pintado y cambiado de nombre en el 2011 .. Solucionado CRUCERO GRAND VOYAGER – IBEROJET

Costa Voyager